domingo, 28 de octubre de 2012

Quizás


Bartimeo (Mc 10,46-52) me hizo acordar a alguien...

Gabi nació en el 78´, en una época jodida; y su vida fue así, jodida. Hija de una familia numerosa, quizás haya pasado su niñez en Laferrere, chapoteando entre casillas y pasillos de barro. Quizás haya tenido que salir a laburar de chiquita, cirujiando con su viejo y sus hermanitos en un carro tirado por un matungo cansado, como su espíritu. No lo sé.
Quizás haya terminado la primaria a duras penas, y quizás rápidamente haya caído en la cuenta que con un bebito a los quince iba a ser imposible encarar el secundario. Quizás el horizonte se haya ennegrecido cuando su papá se fue con una pendeja y su mamá se quedaba sola con tantas criaturas. No lo sé.  
Quizás se haya arrepentido una y mil veces de aquel fatídico momento en que decidió no escuchar más a su corazón: jalar una bolsa, dos bolsas, todas las bolsas hasta que ya no sientas parece ser la consigna para los predilectos del Padre. Al menos eso es lo que el mundo ofrece; quizás sea lo único que pueda ofrecer. No lo sé.
Quizás si hubiese escuchado el llanto de sus nenes no se hubiera tomado el tren a Constitución, y quizás si fuésemos mejores la habríamos parado cuando caminaba llorando por Alcorta hacia Zavaleta. No lo sé.
Quizás pasar esos tres meses durmiendo con uno de los tranzas del barrio no haya sido la mejor elección. Quizás no tenía por qué contagiarse de HIV, tuberculosis y sífilis. No lo sé.

Lo que si se es que en Julio de 2010 la vimos y nos conmovimos: estaba sola, deshecha, tirada al borde del camino. Hacía frío, el día estaba gris y se avecinaba un chaparrón. Y ella estaba ahí, crucificada.
Lo que si se es que después de diez minutos de charla, mate cocido de por medio, se animó a mirarme a la cara. Su mirada me desgarró: quería pedirle perdón, quería pedirle misericordia, quería pedirle que se acordase de mí en su Reino.
Lo que si se es que ese mismo día la pasó a buscar la Trafic de la parroquia y enfiló para el Hurtado. Lo que si se es que ese mismo día terminó internada en el Hospital Muñiz, pabellón Koch, junto a los sidosos de la ciudad, esos que nadie quiere ver.
Lo que si se es que pasó el último mes de vida comiendo cuatro veces al día. Lo que si se es que pasó el último mes de vida durmiendo en una cama. Lo que si se es que le gustaban los Sugus masticables.
Lo que si se es que un día Dios quiso ser Dios, dejándonos en claro que nada puede separarnos de su Amor, ni siquiera nosotros mismos. Un buen día ubicamos a María del Socorro, su mamá, a Jesús, su padrastro, y a dos de sus hijos: faltaban tres días para el cumple de Gabi. Paradójicos los nombres, paradoja su destino.
Lo que si se es que ese día nos divertimos. Lo que si se es que ese día hubo alegría. Lo que si se es que en el Koch había olor a Reino. Lo que si se es que al día siguiente una hermanita partía al regazo del Padre. Y hubo fiesta.
¿Dónde está tu victoria hermana muerte?


miércoles, 17 de octubre de 2012

AUPA (que entre todos salimos)

El problema más grave de la Argentina es que un tercio de la población vive en la pobreza. El cepo cambiario, la reforma constitucional o la inseguridad son temas importantes que pueden impactar eventualmente en la pobreza, pero no son el problema fundamental; la pobreza lo es. Es por eso que las políticas sociales son de vital importancia. Lamentablemente, dada nuestra fragilidad institucional, los recursos destinados a ellas frecuentemente son distribuidos de manera clientelar. (...)
Mientras que las cooperativas se constituyen mediante la asociación horizontal y voluntaria de sus miembros, las de Argentina Trabaja son establecidas verticalmente. La autoorganización -característica fundamental de las cooperativas- es nula y las decisiones son impuestas. La figura de cooperativas es una fachada bajo la cual el Estado organiza cuadrillas de trabajo a las órdenes de capataces. En gran parte estas cuadrillas realizan tareas propias de empleados municipales. Cabe preguntarse si este tipo de programa no termina desvalorizando el concepto de cooperativa y propiciando desde el Estado el trabajo precario.
 
Al leer el artículo de Rodrigo Zarazaga (http://www.lanacion.com.ar/1517272-las-politicas-sociales-que-siguen-faltando), cura villero y candidato a doctor en ciencia política por la Universidad de Harvard, no pude dejar de reflexionar sobre dos males propios de estas latitudes y estos tiempos: la tergiversación de los conceptos y el (ab)uso de herramientas por un lado, y el oportunismo y la falta de perspectiva estratégica para el futuro por el otro. Humildemente no creo que sean cosas menores: el cambalache es caldo para la apatía y el individualismo exacerbado, la marginación y la muerte.
 
Recuerdo cuando hace dos años, en el centro que integra a los pibes de la villa que cayeron en el flagelo del paco, se nos presentó una tensión: el hogar fue creciendo mucho a medida que iba acompañando más vida y más vidas, y estaba claro que estabamos pasando a otra etapa. En un primer momento nos manejábamos con voluntarios que le metían mucha garra pero que obviamente tenían otras obligaciones; como todo en la vida, ser voluntario tiene su aspecto positivo y sus limitaciones.
Cuando nos dimos cuenta que el paco era la punta del iceberg, y que detrás de un pibe había un deficit estructural en familia, salud, educación, vivienda y todo tipo de derechos vulnerados, quedaba claro que algo había que hacer para poder "profesionalizar" la atención, sin perder por ello la empatía y el amor, herramientas fundamentales para el éxito de toda empresa.
Uno de los referentes del hogar, misionero de alma que vivió más de una década en parajes pobres del NOA, planteó la posibilidad de armar una cooperativa. El lo había hecho con campesinos en Catamarca, para que asociándose pudieran obtener mejores precios para sus productos agrícolas. 
La idea era hermosa por su sencillez y sus implicancias: armar una herramienta práctica y que se adecúe a la realidad del barrio, que permita que aquellos pibes que estaban recorriendo un camino de recuperación (o aquellos que, como quien les escribe, se sintiesen llamados a ser parte de esto) pudiesen ganarse el mango ayudando a incluir. 
 
Buscando en la bandeja de entrada del mail me encontré con este correo...
 
De a poco va tomando forma color y calor el proyecto de la cooperativa. La primera reunión se celebró en Casa Social el 14 de septiembre. Ese día Gustavo explicó los fundamentos del cooperativismo y los beneficios de conformar una cooperativa de trabajo. Se voto por unanimidad la propuesta y la necesidad de reunirnos una vez por semana, además se eligió como secretario de actas a Coky asistido por Lara. Este proyecto comienza a funcionar como una pre cooperativa... Recibiremos el apoyo económico del Ministerio de Trabajo de la Nación, a través del programa “Entrenamiento para el Trabajo”. Luego de esta primera etapa de práctica que durará ocho meses, se conformará definitivamente cumplimentando todos los requisitos exigidos legalmente. Aunque todavía no esta dicha la última palabra sobre el nombre, ya la denominamos entre casa “Aupa” (Acompañantes de Usuarios de Paco)... Nace del mismo espíritu del Hogar de Cristo, y ya vamos dando los primeros pasitos. Todos los martes nos reunimos, los chicos, colaboradores, voluntarios, todos miembros de la cooperativa, a discernir el espíritu del cooperativismo, haciéndolo practico en cada decisión que se toma. Se señalan las tareas a realizar y vamos repartiéndolas y analizando como fue la semana anterior. Desde acompañar una internación hospitalaria, la tramitación de un DNI o buscar vivienda, visitar a alguien que reside en una Comunidad Terapéutica, llevar medicación a alguien que está en consumo… así de variadas son las actividades relacionadas con las necesidades de aquellos a quienes acompañamos. También vamos formándonos con la ayuda de profesionales que a lo largo del proyecto nos Irán capacitando en los distintos aspectos. Todo es entusiasmo en una doble misión ayudar y ayudarse, y salimos nutridos y satisfechos. La cooperativa no solo es una salida laboral con un espíritu solidario sino que además tiene un efecto multiplicador que nos ayuda a poder cubrir las necesidades cada vez mayores del Hogar de Cristo, y dar respuesta a más hermanos que nos necesitan.
 
 
 
Tenemos que volver a creer en nosotros mismos. Solo hace falta cabeza, corazón y manos a la obra.
Si se puede.

jueves, 11 de octubre de 2012

Semilla amarga, fruto dulce

No se si será la primavera o los años que uno va juntando, y que también amontonan los demás; la cuestión es que veo parejas jóvenes embarazadas por todos lados. Sin ir muy lejos, mi hermano y su mujer tuvieron a Rochi hace poquito, una gordita hermosa que nos trajo alegría a muchos.
Veo a la cachorrita de brazo en brazo, jugando, sonriendo, llorando, viviendo, pura esperanza, y me pregunto por todas aquellas vidas que estamos dejando de lado, por nacer y ya nacidas.
 
Me acuerdo de una historia que me contó una amiga y me impactó mucho. Ella, miembro del PC, es una maestra muy comprometida y con oficio: participa de un proyecto de alfabetización para mujeres en villas de la ciudad. Una de sus estudiantes quedó embarazada reiteradas veces y decidió abandonar. A raíz de esto comenzaron a discutir el tema del aborto: utilizando argumentos logicamente válidos, trató de presentar al aborto como una opción adecuada, especialmente en casos límites. Muchas de las mujeres que formaban el curso estaban de acuerdo, pero ella se dio cuenta que una de ellas se puso muy triste. Le preguntó por qué se había puesto así y esta mujer, mirando al piso y hablando con vergüenza, dijo que nunca estaría de acuerdo con el aborto... ella había sido el fruto de la violación que sufrió su madre de manos de su tío... todos los días le daba gracias a su madre por darle una oportunidad...

Estoy convencido que el aborto no es una solución... al dolor no se lo combate con más dolor...
 

martes, 9 de octubre de 2012

El que se va sin que lo echen...

El tío va para los 33 años: negro uruguayo y porteño de ley, es una mezcla bien rioplatense. Noble y leal, medio terco y cabezón, le tocó nacer en una villa de la Boca, y como muchos de sus amigos del barrio ya de chiquito conoció la violencia. Desde los catorce años empezó a visitar los lugares patrios que la sociedad les tiene reservado a aquellos que sobran: el Instituto Roca, el Agote, el San Martín y el Belgrano. Con el tiempo empezó a jugar en primera: Marcoz Paz, Ezeiza, Devoto... Es que si no estás en la escuela o en el laburo en algún lugar tenés que estar...

A veces me pregunto que estarán pensando aquellos próceres que hicieron posible este país. ¿Se habrán arrepentido?

Pero no escribo para despacharme. Hoy quiero contagiar esperanza de la mano del tío, un amigo, un hermano, y desde hace un tiempo, un compañero de trabajo.

Dejemos que él hable y nos cuente parte de su historia...

El Hurtado* para mi significa muchas cosas.  Cambió gran parte de mi vida.  Antes de ir a Hurtado yo era un pibe complicado, andaba delinquiendo y vivía preso.  En 2009,  a mediados de agosto, mi hermano andaba mal anímicamente y yo recién llevaba dos meses en libertad.  Seguía medio complicado con mi consumo y con esos fantasmas que me decían: “ANDA A ROBAR”.  Pero en ese momento mi obligación era ayudar a mi hermano que andaba mal anímicamente y deprimido.  Hasta que un día de agosto me dijo que lo acompañara a Hurtado y yo le pregunté: “¿Qué es eso?”, “Un lugar re bueno, donde nos van a ayudar”, me dijo, y fui.
Como acompañante,  compartía los grupos y lo único que quería era que mi hermano estuviera bien.  Pero no me daba cuenta de que yo también necesitaba ayuda; hasta que un día en el grupo me hicieron ver la realidad y era que yo también estaba enfermo.  Y hoy por hoy, gracias a ese lugar, mis pensamientos son otros.  Ya llevo 2 años y dos meses sin delinquir,  NO SOY el pibe que si no tenía las últimas ADIDAS no era nadie. Hoy no las tengo y soy un pibe bueno, humilde y puedo vivir dignamente sin sacarle nada a nadie.  Me siento feliz por el apoyo que encontré en ese lugar maravilloso.   Ese amor y cariño que tanto necesitaba... 
Hoy estoy internado en la Granja** para remarcar algunas actitudes que me faltan, pero puedo decir que no soy más  un delincuente y ojala mañana pueda decir que no soy más un drogadicto y un alcohólico y pueda formar una familia, tener mi trabajo, y mi casa digna y poder darle ese mensaje que recibí, ese cariño y ese amor a esos chicos que están en las calles consumiendo y delinquiendo por el consumo.

El otro día me lo encontré al tío y charlamos un rato. Me dijo que estaba visitando pibes privados de su libertad en Ezeiza, el mismo penal en donde dejó varios años de su juventud cumpliendo condena. Emocionado me contó como al subirse a la camioneta que te lleva de la entrada a los pabellones reconoció al guardia. _Qué loco Gimenez, ¿no?; antes iba en la caja, esposado y triste y ahora viajo al lado suyo, y vengo para tratar de compartir esperanzas... hoy salgo como vine, por la puerta principal..._


El tío me emociona y me hace pensar... ¿por qué será que la gran mayoría de los presos son pibes y pibas, gente joven y pobre? ¿será el derecho penal la mejor forma de crecer y mejorar como sociedad? ¿es el deseo de una real reinserición lo qué motiva la existencia de las cárceles? y si efectivamente es así, ¿las cárceles reales logran dicho objetivo? ¿y qué hacemos con aquellos que nunca estuvieron insertos? 

Castigar al castigado no nos ayudará a vivir mejor...
* El centro de día San Alberto Hurtado es parte del Hogar de Cristo, la propuesta de la Iglesia Católica de Buenos Aires para recuperar a los pibes que cayeron en el flagelo del paco en la villa 21-24-Zavaleta. Hay otros centros de día en diferentes villas de la ciudad.

** La granja Madre Teresa es la segunda instacia del Hogar de Cristo: aquí aquellos jóvenes que han hecho un primer camino en el centro de día pasan varios meses para conocerse, encontrarse con Dios y buscarle el sentido a la Vida.